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lunes, junio 19, 2006

La Edad Media había colocado la locura en la jeraquía de los vicios. (...) Forma parte (...) de las dualidades que se reparten la soberanía del alma humana: (...) En el Renacimiento, La Locura abandona ese sitio modesto y pasa a ocupar el primero. Mientras que, en la obra de Hugues de Saint-Victor, el árbol genealógico de los Vicios, el del Viejo Adán, tenía por raíz el orgullo, ahora es la Locura la que conduce el alegre coro de las debilidades humanas. Indiscutido corifeo, ella las guía, las arrastra y las nombra. Es un privilegio absoluto de la locura el reinar sobre todo aquello que hay de malo en el hombre. Y por lo tanto reina también sobre todo el bien que puede hacer: sobre la ambición, que hace a los políticos hábiles; sobre la avaricia que aumenta las riquezas; sobre la indiscreta curiosidad que anima a los filósofos y sabios. Louise Labé lo repite después de Erasmo; y Mercurio implora a los dioses por ella: "No dejéis que se pierda esta bella Dama, que os ha dado tanto contento"

Foucault, M. Historia de la locura en la época clásica I. Fondo de cultura económica (Breviarios), México, 1976, p. 41-43.
I.Ph.

1 mmms:

Blogger Pierre mmm...

espectacular este extracto

00:30  

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